Creciendo con Madre Tierra

Se dice que las cosas a las que te expones desde joven permanecen contigo para siempre. Al crecer en el norte de México, en Culiacán, Sinaloa, pasé algunos de los años más críticos de mi vida viviendo con mi amá, mi abuela Guadalupe. Vivíamos en una gran casa de color crema, misteriosa, y en la esquina, a solo cinco minutos de la tiendita de doña Teo y a 20 pasos de un ciber (un lugar donde la comunidad va a acceder a computadoras e internet). Durante esos años bajo el ala, el cuidado y la guía de amá, tuve la oportunidad de aprender a nutrir la tierra y vivir de manera más sostenible. Amá siempre vivió y me enseñó una forma de vida más sostenible, comenzando con cómo lavábamos la ropa.

Amá tiene un lavadero junto a los baños; yo la ayudaba a lavar la ropa y luego íbamos al patio, donde colgábamos nuestras “chiras” en el tendedero. El patio siempre fue un lugar divertido y lleno de actividad. Ese era el espacio que utilizábamos para secar nuestra ropa, jugar con nuestra familia y también cultivábamos allí. Dos de las cuatro paredes estaban cubiertas de plantas, matas y todo tipo de verduras. Una de mis favoritas era su Hierba Buena, que ella usaba para prepararme un té por la noche.

Uno de los preciosos árboles de mi abuela. Árbol de Tabachin

Amá no solo me enseñó a lavar mi ropa de manera más sostenible, usando la cantidad justa, y a cómo cultivar desde temprana edad, sino que también me enseñó sobre los efectos nocivos del gas. Por eso, optaba por usar una estufa eléctrica, donde pasaba horas extra cocinando menudos, caldo de pollo y todas las comidas mexicanas que requieren mucho tiempo de preparación. Mi abuela siempre me enseñó lo importante que es cuidar lo que tenemos y tomar solo lo que necesitamos.

Una de las enseñanzas más importantes que me transmitió, y que atesoro en mi corazón, es cómo ser ingenioso y aprovechar lo que tenemos. Esto incluye los múltiples usos de los envases donde guardábamos diferentes cosas. Crecer con ella siempre fue un misterio. ¿Qué tendrá ahora el envase de la mantequilla? ¿Esta caja de galletas realmente tiene galletas o está llena de artículos de costura? Solo lo sabía cuando los abría. Esto se debe a que mi amá era muy ingeniosa y reutilizaba cualquier cosa que pudiera, creando arte y encontrando nuevos usos para objetos que otros considerarían basura.

Todos los consejos y trucos que mi abuela me compartió eran parte de un estilo de vida. Se esforzaba por cuidar una planta, no le importaba si la comida tardaba más en cocinarse en la pequeña estufa eléctrica para evitar posibles humos tóxicos, o cómo secaba nuestra ropa al aire en el tendedero para que no se encogiera, conservando así recursos limitados y valiosos. Todo tenía un propósito más profundo; todo se hacía con amor. Todo era para proteger y cuidar.

Amá y yo en 2021 cuando volví a visitarla a ella y a mi familia en Culiacán.

Este momento de nostalgia me trae de vuelta al presente. ¿Nuestras prácticas del “Día de la Tierra” se parecen a la vida diaria de Guadalupe? ¿Qué más puedo hacer yo? ¿Qué más podemos hacer todos? Podemos actuar colectivamente.

Más que nunca, Madre Tierra nos necesita. A ella le encanta que haya quienes la cuidan, la riegan, la nutren y la hacen florecer. Pero es momento de hacer más por ella. Debemos devolverle al menos una pequeña parte de lo que ella nos da.

Los invito a todos a conocer nuestros programas de Chispa y, si hay un programa de Chispa en tu estado, ¡únete a nosotros! Cuidar a Mama Tierra se ve diferente para cada persona, pero hay acciones que todos debemos tomar para fortalecer nuestra unidad y las posibilidades de lograrlo. ¡Ayúdanos a hacerlo realidad! Únete a nosotros en la lucha por nuestra hermosa Tierra, el planeta que llamamos hogar y la hermosa gente que llamamos comunidad.

Mientras observo a mi alrededor y respiro el aire de baja calidad que tenemos hoy, sé que debemos unirnos y exigir a los responsables que protejan a Madre Tierra. Nuestros líderes tienen el poder de responder a sus comunidades y hacer lo correcto para la salud de Mama Tierra y nuestra gente. Únete a nosotros para pedir a la EPA establecer normas estrictas para los camiones ecológicos. Normas rigurosas garantizarán que creemos un planeta con aire más limpio y comunidades más saludables. Nuestras comunidades están sufriendo con cada respiración, ¡y necesitamos reformas y acciones climáticas urgentes ahora!

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